La Royal Air Force, la primera fuerza aérea como tal en la historia, nació durante la Gran Guerra, el 1 de Abril de 1918. Hasta entonces el ejército de tierra había mantenido un cuerpo aéreo, el Royal Flying Corps, y la Royal Navy otro, el Royal Naval Air Service. Ambos cuerpos fueron fusionados en la Royal Air Force (RAF).
Durante el periodo de entreguerras, la RAF continuó modernizándose y especializándose, recibiendo suficientes recursos pese al ambiente de austeridad financiera de la época. Además, aviones de la RAF participaron en los años veinte y treinta y docenas de misiones de combate a lo largo y ancho del Imperio Británico. Por suerte para los ingleses, la RAF era al empezar la Guerra un cuerpo relativamente reducido pero muy preparado y experimentado.
En 1936 la RAF fue reorganizada. Las competencias en aviación naval pasaron de nuevo a la Royal Navy. La RAF fue dividida en tres grandes comandos. El Fighter Command se ocupaba de la aviación de caza y su misión principal era la defensa aérea de las Islas Británicas. El Bomber Command agrupaba a los escuadrones de bombarderos y su principal tarea era dar apoyo al ejército de tierra, aunque más tarde asumió, con mortífero éxito, la misión de bombardear las ciudades alemanas. Por último, el Coastal Command se encargaba de las patrullas sobre el mar y de atacar a las fuerzas navales enemigas.
El caza interceptor Spitfire, destinado a convertirse en el avión británico más famoso de todos los tiempos
En Septiembre de 1939, la RAF contaba on 1751 aviones, agrupados en 40 escuadrillas de caza, 8 de reconocimiento, 57 de bombardeo, 12 de vigilancia costera y 6 de hidroaviones. Cada escuadrilla estaba formada por dos o tres patrullas de 6 aparatos cada una.
A estas cifras hay que sumar las de las fuerzas aéreas de los cuatro Dominios, que operaban teóricamente como cuerpos independientes aunque podían ser puestos bajo mando británico. Más aun, el Programa de Entrenamiento de la Commonwealth permitió a la RAF reclutar, entrenar y utilizar a decenas de pilotos de los Dominios bajo bandera británica, lo cual resultó de tremenda ayuda durante la Batalla de Inglaterra. No hay que olvidar tampoco que conforme la guerra avanzaba y Alemania iba engullendo a toda Europa, docenas de pilotos refugiados de los países ocupados volarían con la RAF: polacos, checos, franceses y holandeses sobre todo.
En cuanto a los modelos que utilizaba la RAF en 1939, su principal avión de caza era el Hawker Hurricane, un avión que cuando fue diseñado en 1936 estaba a la vanguardia en cuanto a desarrollo tecnológico, pero que se vería superado por los nuevos modelos alemanes. Por suerte para Gran Bretaña, contaban con el Supermarine Spitfire, sin duda alguna, uno de los mejores aviones de la Segunda Guerra Mundial. Su producción en masa en 1940 salvó a la RAF durante la Batalla de Inglaterra, y desde entonces el Spitfire y sus diferentes versiones se convirtió en la columna vertebral del Fighter Command. En cuanto a bombarderos, la RAF disponía del Vickers Wellington y el Bristol Blenheim, ambos modelos con muy buen rendimiento en combate, pero que se irían quedando anticuados conforme surgían nuevos modelos más grandes y mejor protegidos.
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