[El levantamiento del 5 de mayo del 1945 daba esperanzas a los praguenses. A falta de armamento pesado, rechazaban, con mucho esfuerzo, el contraataque alemán. Al día siguiente, las fuerzas alemanas controlaban amplias zonas del casco histórico de Praga; mientras, las unidades de la SS sacudían a los civiles. En un momento determinado, los líderes del levantamiento antinazi no tuvieron más remedio que aceptar la ayuda de las fuerzas soviéticas. Entre ellas, un cuasi-ejército, uniformado al estilo alemán, defendía la capital. Su comandante respondía al nombre de…]
Andréi Vlássov pertenecía al grupo de oficiales estalinianos de segunda fila. Entre sus cualidades destacó su preocupación por el bienestar de sus hombres, generándose, siempre que estuvo al mando, el respeto y simpatía de los mismos. Habiéndose ganado, con anterioridad, la confianza de muchos jefes militares del partido comunista, fue enviado como asesor militar a China en 1936, regresando como Comandante del 4º Cuerpo Motorizado. En 1938 se le confió a su primera división, hasta ser nombrado mayor general en 1940. De los nuevos oficiales que avanzaron de escalón, Vlássov era el más capacitado, con una capacidad de encarar y resolver adecuadamente situaciones tácticas como ningún otro comandante. Stalin era consciente de ello.
Recuperó Peremyshl; lideró el 37º Ejército de Kiev en 1941 como teniente general, saliendo de la bolsa alemana. En diciembre de 1941 participó en la resistencia de Moscú, al mando del 20º Ejército, destacando en la contraofensiva del 12 de diciembre en Informburó; de todos los altos oficiales que “bailaron” en la defensa de la capital soviética, Andréi Vlássov fue de los destacados, junto a Zhukov, recibiendo, por evidentes méritos militares, la Orden de Lenin y la Medalla de Kiev.
El “Carismático”, como lo describen algunos historiadores, se había convertido en uno de los oficiales con más peso en el bando comunista. Mas no compartía la política de Stalin ni el trato hacia los campesinos rusos, prácticamente esclavos del Estado. Él luchaba por y para la URSS.
Tras unos meses gloriosos, el 7 de enero de 1942 Vlássov se pone al frente del 2º Ejército de Choque para la ruptura del cerco en torno a Leningrado, en calidad de subjefe del frente de Voljov. En la operación participaron, junto al de Andréi, los Ejércitos 54, 4 y 52. Pero la falta de repreparación, la inexperiencia de los soviéticos en planear operaciones tan complejas y la ignorancia en cuanto a cómo pertrecharlas le costaría la vida a miles de hombres. Pese a una balanza muy desequilibrada, el 2º Ejército avanzó por las líneas enemigas. En febrero, los hombres de Vlássov se habían adentrado 75 Km. en las líneas alemanas. Pese a ello, la ofensiva se inició sin reservas: humanas y municiones. Tras el deshielo de los pantanos en abril, el suministro era algo lejano y la ayuda aérea no se recibía.
“El Ejército se quedó sin víveres y en esa circunstancia a Vlássov ¡le negaron el permiso para retirarse!” (Alexander Soljenitsin)
El 14 de mayo, los alemanes lanzan una ofensiva hacia el 2º Ejército, éste ya rodeado. Solo en este momento es cuando el oficial ruso recibe el permiso de retirada a la otra orilla del Voljov. Mas las unidades soviéticas intentaban romper el cerco, hasta comienzos de julio. Finalmente, el 2º Ejército de choque sucumbió. De los 16 mil hombres que lucharon bajo las órdenes de Andréi Vlássov, 7 mil murieron en la operación. Se calcula que 50.000 soldados murieron en la defensa de Leningrado.
“¡En el aire, por supuesto, sólo había aviones alemanes!” (Alexander Soljenitsin)
El único avión ruso que apareció en la zona tenía la misión de rescatar al general. Vlássov se negó a subir, y se quedó en tierra con sus hombres; no se iría sin ellos. Perdido casi todo el ejército, deambuló por bosques y pantanos, hasta ser capturado por los alemanes. Cuentan que fue denunciado por un granjero al pedirle comida, cerca de Tyhovezhi, donde fue detenido. Al llegar noticias de su captura a Moscú, Stalin ordenó a la NKVD la detención y ejecución de su esposa.
"¡No disparen! Soy el general Vlássov y mi gente está desarmada" (rendición de Andréi Vlássov).
Mientras en la capital se daban estos hechos, el general ruso era conducido al Cuartel General alemán de Lötzen, en Prusia Oriental, donde estaban reunidos varios generales prisioneros; entre ellos un comisario de brigada G. N. Zhilenkov. Todos ellos desconformes con el régimen estalinista. En los días como fugitivo, Vlássov reflexionó sobre la política de su nación, sobre como se estaba afrontando la que los soviéticos llamaban la Gran Guerra Patria…y sobre Stalin y sus imposiciones desde que llegó al poder. Llegó a la conclusión de que la guerra no era contra Rusia, sino contra los bolcheviques, y, por ende, detrás del sufrimiento del pueblo ruso estaba la persona del gobernante, deseoso de ostentar cada vez más poder.
Interrogado y sembrado de dudas ante el comunismo por el general alemán Lindemann, fue enviado al campo de concentración de altos oficiales de Vinnytsia (Ucrania), donde los oficiales de la Wehrmacht se dieron cuenta de que estaba en contra de la política de Stalin, a quienes expresó su deseo de desertar. Los alemanes fueron conscientes del arma propagandística que tenían en frente: ¡un general soviético cambia de bando! Con tal fin, los oficiales alemanes le persuadieron.
Sus “confesiones” fueron recogidas por la propaganda de la Wehrmacht, en Berlín. Entonces, en la capital alemana se ideó una organización de un movimiento de la “Rusia Libre”, el puesto de mando estaría ya ocupado: Andréi Vlássov. Paralelamente, en el campo de concentración el capitán Wilfried Strik-Strikfeldt, un alemán del Báltico que había participado del lado de los Blancos en la guerra civil rusa, le propuso formar parte del llamado Movimiento de Liberación Ruso, más conocido como ROA.
“Ellos ya habían expresado su disconformidad en la política del Gobierno estaliniano. Pero, faltaba una figura de verdad. Ésta fue Vlasov". (Alexander Soljenitsin)
Todos vieron, o quisieron ver, la esperanza de derrocar a Stalin y cambiar la política interna soviética, monopolizada en el ROA. Con el fin de crear un gobierno provisional, el general Vlássov y un teniente coronel rebelde, Vladimir Boyarsky, envían un comunicado a las autoridades alemanas advirtiendo de sus intenciones. Los hitlerianos invitan a los rusos a Berlín, respaldados por el departamento de propaganda de la Wehrmacht, y llegan a un acuerdo: tras la caída de la URSS, se instaura un gobierno provisional ruso, gobernado por Andréi Vlássov. Con todo ello, se reclutaría un ejército de liberación compuesto por oficiales, prisioneros de guerra y rebeldes rusos, comandado también por el General. Muchos prisioneros se unieron a las filas, pero más por el miedo a los campos de concentración que por el antiestalinismo. Además, se arrojaron panfletos escritos por Vlássov sobre el frente del este, que causaron el cambio de bando de un notable número de soldados.
Se celebró un Consejo Municipal, en el cual se constituyó un comité de liberación ruso con 13 puntos de promesas para el pueblo ruso, el Manifiesto de Smolensk. Entre ellos, la abolición del trabajo forzoso y la libertad en el mismo.
Con la protección del general Treschov, el Ejército de Liberación constó, en un primer momento, de 7 generales y 60 coroneles soviéticos. Se conformó un Estado Mayor propio, así como un Cuartel General cerca de Berlín. Allí, las llamadas “Tropas de Vlássov” o “Ejército de Vlássov” recibieron entrenamiento, armamento…y uniformes alemanes. Dicho uniforme era el mismo que el de la Waffen-SS, con un emblema de la Cruz de San Andrés en el brazo como elemento diferenciador. En total, un ejército oficial de unos 100.000 hombres.
Oficiales del ROA. Aquí podemos ver la similitud con el uniforme alemán SS.
Pero los intereses de ambas partes diferían como el negro y el blanco. Los Továrisch pretendían eliminar el comunismo de la Unión Soviética e instaurar un régimen más parecido al que, desde hace décadas, se había o se estaba implantando en Occidente, al menos supuestamente.
Por su parte, Alemania, bajo el régimen nacional-socialista, no consideraba un régimen democrático en sus aliados o en sus estados satélites; y mucho menos conformado y dirigido por lo que la política racial Nazi denominaba “Subhumanos”, en este caso rusos, ya que eran considerados eslavos. Además, los intereses en el frente del Este eran más económicos que políticos. Hitler quería hacer de Rusia una colonia cuando acabase la guerra; un gobierno independiente no le hacía un gran favor a sus intenciones, que era lo que querían los rebeldes soviéticos. Por ende, aun con el apoyo que obtendrían de mandatarios del Reich como Himmler y Alfred Rosemberg, el OKW, principalmente el Führer y Keitel, se negaría a armar a soldados rusos como unidades de primera línea y enviarlas al frente.
“…basándose en la experiencia de la 1ª Guerra Mundial, cuando las tropas polacas armadas por Luddendorf habían luchado contra los rusos, pero solo en interés propio, para luego volverse contra Alemania en defensa de su nación, el Führer rechazaba de plano cualquier iniciativa seria de formar unidades rusas de primera línea”. (Hitler y sus Generales).
"No organizaré nunca un ejército ruso"
(Adolf Hitler)
(Adolf Hitler)
El Führer quería darle al ROA un uso propagandístico, nada más. Y existiría solamente en la teoría, en el papel. Como Untermenschen, estos soldados serían ejecutados por la SS al término de la guerra.
Con todo ello, el ROA, inoperativo en el plano militar, ejerció labores propagandísticas (discursos y propaganda anticomunista) hasta septiembre de 1943. El 13 de septiembre de ese mismo año se presentó como un punto de inflexión en los pensamientos del Führer: Vlássov preside un discurso en el cual se dirige a los alemanes como invitados de Rusia. Tras conocer sus palabras, Hitler y Keitel prohíben a Vlássov dirigirse en público y ordenan dispersar el ROA en varios frentes, apartándolos del frente este.
Bajo el respaldo del Reichsführer SS (Himmler) el ROA combate en Occidente, concretamente en la Muralla Atlántica. Pero el movimiento evoluciona en el transcurso de los meses y Himmler es presionado para hablar con el Führer. Tras una entrevista entre Andréi Vlássov y Adolf Hitler, el ROA vuelve formarse, y podía constituirse un “gobierno de liberación ruso”; el propio Himmler nombra al general ruso comandante en jefe del Ejército de Liberación Ruso, ya con 900.000 voluntarios.
La situación era muy complicada. Todos los oficiales rusos estaban psicológicamente desunidos; los voluntarios estaban perdidos, temerosos de caer tanto en manos del ejército rojo, debido a su acto de traición, como en las garras de los Nazis, en el caso de que ganaran la guerra. No sabían a que atenerse.
“Es mejor viajar con esperanza que llegar” (proverbio japonés)
Tradicionalmente, se suele decir que el principio del fin de la guerra para Alemania estuvo el 6 de junio de 1944, con el “azote” norteamericano. Unos dicen que muchos oficiales alemanes vieron el final en las luchas en África. Otros, nada más empezar la guerra. Lo cierto, es que en 1945 el final era inminente.
La Wehrmacht necesitaba el mayor número de unidades posible. Es ahora cuando el ROA existe de verdad, pero con problemas en la preparación: de las 10 divisiones que la conformaban, solo una estaba preparada para el combate (fruto del desinterés hitleriano en su formación). En tal situación, las tropas de Vlássov fueron enviadas al noroeste, al río Oder. La actuación de los rusos en este punto fue poco notable: operaciones marginales y policíacas.
Unidades y parches ROA. La imágen 3. representa a un teniente en el sidecar y a un soldado con subfusil mp40.
Con el paso de los meses, Vlássov se da cuenta de que Alemania perderá la guerra. Su causa caería con ella. Tenía que tomar una decisión: luchar con Hitler o luchar con Stalin. Para conseguir la “libertad de Rusia”, el sublevado ruso decide volver a luchar en el bando soviético.
El ROA marcha al sur, a Praga.
En el país praguense, intenta llegar a un acuerdo con los partisanos: lucharían contra los invasores alemanes con el “Ejército de Liberación de los Pueblos de Rusia” (KONR) y, luego, combatir juntos contra el Ejército Rojo hasta la llegada de las tropas americanas.
[…respondía al nombre de Andréi Vlássov. Con armamento pesado, dicho general y sus tropas lucharon contra las unidades SS, no si antes enviar información útil a los soviéticos para la batalla que se estaba librando. Nada de eso los salvaría. Rápidamente, varias zonas de la ciudad fueron tomadas. Los alemanes retrocedían ante el avance de las tropas de Stalin.
“Nos ayudaron durante dos días” (Antonin Sum, partícipe del alzamiento den Praga, sobre la 1ª Div. ROA del comandante Sergei Bunyachenko)
Tras el término de la batalla, los praguenses no saben compensar la ayuda de tales rebeldes (muchas vidas se salvaron gracias a ellos), y no aceptan luchar a su lado contra Rusia por su labor anticomunista.
En esa situación, el General reúne a sus hombres, a sus camaradas, sabiendo que lo que queda de camino debe recorrerlo cada hombre como estimara oportuno. Había dos alternativas: huir al oeste, hacia los estadounidenses; o encaminarse al encuentro con los soviéticos.
Sus tropas se separan, cada uno por su lado, intentando salvarse. Mientras unos eran presos de los comunistas, otros presos por los norteamericanos y otros morían en la escapada, el general Andréi Vlássov, con algunos de sus hombres, se dirige en busca de los estadounidenses. Todavía podía cumplir su propio cometido con su ayuda. El 12 de mayo se rinde ante las fuerzas Yankees y es llevado ante el general Patton.
A pesar de su labor en Praga, no recibe la benevolencia de los anglo-americanos: Vlássov fue devuelto a Moscú, en base a un acuerdo en Yalta en cual se estimó entregar a los “traidores rusos” a Stalin. Todo estaba perdido.
(…)
El general se metió en un vehículo rumbo a las líneas soviéticas. No sabemos que ocurrió en el camino, pero tenemos conciencia de que, en un momento indeterminado, en Loubianka, un oficial ruso hace parar el vehículo. Lo inspecciona, mira a los tripulantes y se fija en un sujeto muy alto con capote. El oficial le ordena que se baje del vehículo y le apunta con su subametralladora. Sabía quien era el sujeto, su estatura lo delataba. Este era Andréi Vlássov, el cual, con suma tranquilidad, sabiendo cual sería su final, se abre el capote. “Dispara”, le dijo. “No yo. Eso lo hará el camarada Stalin”. Respondió finalmente el oficial.]
Andréi Vlássov regresó a Moscú, junto con 11 oficiales del ROA. Se le celebró un juicio sumarial y fue condenado a morir en la horca el 12 de agosto de 1946. Los soldados que lucharon con el general ruso, regresaron a la URSS y fueron enviados a campos de trabajos forzados, Gulag, donde miles murieron. Cuentan que muchos de los soldados cayeron fusilados con ametralladoras al bajar del tren.
El 17 de septiembre de 1955, fueron perdonados a 55.000 soldados del ROA que aún vivían.
En 2001, se intentó rehabilitar el nombre del general, como víctima del gobierno estalinista. Finalmente se dictaminó que no cumplía todos los requerimientos para la dicha, y su caso fue cerrado.
A día de hoy, el nombre de Andréi Vlássov no aparece en muchos libros de historia en Rusia.
“¡Está claro, fue una traición a la patria! ¡Esto, claro, fue una traición cruel e interesada a la Patria! Pero del propio Stalin. La traición no es siempre es por dinero. La ignorancia y la negligencia en la preparación de la guerra, el desconcierto y la cobardía del comienzo, los sacrificios sin sentido de Ejércitos y de Cuerpos, sólo para seguir luciendo el uniforme de mariscal: ¿acaso puede haber traición más amarga para un Comandante en Jefe?” (Alexander Soljenitsin)
El 17 de septiembre de 1955, fueron perdonados a 55.000 soldados del ROA que aún vivían.
En 2001, se intentó rehabilitar el nombre del general, como víctima del gobierno estalinista. Finalmente se dictaminó que no cumplía todos los requerimientos para la dicha, y su caso fue cerrado.
A día de hoy, el nombre de Andréi Vlássov no aparece en muchos libros de historia en Rusia.
“¡Está claro, fue una traición a la patria! ¡Esto, claro, fue una traición cruel e interesada a la Patria! Pero del propio Stalin. La traición no es siempre es por dinero. La ignorancia y la negligencia en la preparación de la guerra, el desconcierto y la cobardía del comienzo, los sacrificios sin sentido de Ejércitos y de Cuerpos, sólo para seguir luciendo el uniforme de mariscal: ¿acaso puede haber traición más amarga para un Comandante en Jefe?” (Alexander Soljenitsin)
1 comentarios:
No había oído nunca hablar de este personaje. ¿como no se dio cuenta que Hitler y Stalin eran más de lo mismo?
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