Jueves, 14 de Septiembre de 1939

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POLONIA: En el Báltico, se rinde a primera hora de la mañana el puerto de Gydnia, a pocos kilómetros de donde se inició la Guerra hace dos semanas. Tras una semana de combates, los 17.000 polacos que defendían la plaza de Gydnia, bajo el mando del comandante Skupien, han sufrido 2.000 bajas y han acabado rindiéndose por falta de suministros. Era el último puerto polaco que seguía resistiendo. Algunos soldados polacos continúan luchando en forma de guerrilla en los montes Oksywie, también en la región del Báltico.


En el Bzura, la contraofensiva polaca iniciada ayer con objeto de levantar el cerco fracasa ante la resistencia de la 4ª División Panzer, la cual, pese a su agotamiento tras dos semanas de operaciones ininterrumpidas, ha conseguido frenar a los polacos a costa de grandes bajas (como el Panzer II de la foto). En Polonia Central, el XIX Cuerpo Panzer de Guderian inicia un doble ataque contra Brest y Kobryn, encontrándose con una fuerte resistencia que tardarán tres días en vencer. Al nordeste de Varsovia, el 3º Ejército Alemán empieza a cruzar el Narev a las afueras de Modlin y se aproxima rápidamente a la capital.

Algo alejado de los frentes de guerra, empieza a darse forma uno de los cientos de pequeños y curiosos sucesos que jalonan la historia de la Segunda Guerra Mundial. El submarino polaco Orzel estaba patrullando el Báltico cuando la invasión alemana los sorprendió. Tras pasar las dos primeras semanas de la Guerra esquivando a las patrullas de la Kriegsmarine, el Orzel y sus tripulantes llegaron al puerto estonio de Tallin debido a que su capitán se encontraba enfermo. Según la Convención de Ginebra, un buque beligerante puede amarrar con permiso en un puerto neutral siempre y cuando su estancia sea menor que 24 horas. El Orzel llegó a Tallin con esa intención, pero las autoridades estonias, presionadas por los alemanes, confiscaron el submarino y arrestaron a su tripulación. El capitán fue internado en un hospital y el Teniente de Navío Jan Grudzinski asumió el mando de la tripulación. Inmediatamente, el nuevo comandante empezó a trazar un plan para escapar y recuperar el submarino…


El submarino ORP Orzel


ATLANTICO NORTE: Al noroeste de Irlanda, el submarino alemán U-39, al mando del Teniente de Navío Gerhard Glattes, ataca al portaaviones británico Ark Royal. Por desgracia, los torpedos son defectuosos y no explotan. Acto seguido, la escolta del portaaviones inicia la persecución. Los destructores Foxhound, Faulknor y Firedrake encuentran al U-39 y lo obligan a emerger usando cargas de profundidad. La tripulación es capturada y el submarino destruido. Es el primer U-Boot destruido por los ingleses en esta Guerra. También es el primer caso conocido de torpedos defectuosos, un problema que afectará a todos los contendientes con mayor frecuencia de la que sus marineros desearían.


MOSCÚ: Continúa la escalada bélica de los soviéticos. El gobierno de Stalin llama a filas a 1.000.000 de reservistas. El diario Pravda, periódico oficial del Partido Comunista de la Unión Soviética, inicia una campaña de propaganda contra Polonia, a la que acusa de reprimir a las minorías étnicas eslavas y de ser responsable de la actual contienda.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Es curioso como el miedo durante pleno proceso bélico hace que los estonios se salten la convención de Ginebra, una muestra más de que durante un conflicto bélico de cierta envergadura prácticamente nadie respeta las reglas. Esperaremos a ver en que acaba la aventura del Orzel.

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