Miércoles, 11 de Octubre de 1939

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WASHINGTON: La escalada de tensiones entre la URSS y Finlandia llega hasta la capital estadounidense: el Presidente Roosevelt hace un llamamiento hoy al gobierno soviético para evitar una guerra entre la URSS y Finlandia. Pero el suceso más trascendental del día tiene lugar fuera de las cámaras y los focos; un suceso que acabará por cambiar la faz del mundo durante las décadas siguientes. El economista Alexander Sachs, íntimo colaborador de Roosevelt, entrega al Presidente una carta escrita por los famosos físicos judíos Albert Einstein y Leo Szilard el pasado 2 de Agosto. En dicha misiva, los dos físicos advierten que los nazis están logrando resultados en la investigación de un arma nuclear basada en la fisión de átomos. En concreto hablan de “bombas de un nuevo tipo extremadamente poderosas”, y solicitan al Presidente que considere la posibilidad de abrir una línea de investigación en ese mismo sentido. Enormemente influido por la carta, Roosevelt ordena hoy mismo crear el llamado “Comité Uranio”, precursor de lo que será el “Proyecto Manhattan”. Ha nacido el programa nuclear estadounidense. (La carta entera puede leerse aquí)


LA HAYA (HOLANDA): El negociador sueco Birger Dahlerus llega a la capital holandesa, donde debía de reunirse con un representante británico para tratar la posibilidad de abrir negociaciones de paz. Nadie se presenta, y los diplomáticos británicos le piden a Dahlerus que se entreviste con el embajador británico en La Haya. La reunión no tendrá lugar.




LONDRES: El Gabinete ordena incrementar la producción de gas mostaza de 310 toneladas anuales a 1.200, ya que se teme que los alemanes puedan usar gases tóxicos en el Frente Occidental. En otro orden de cosas, se ha firmado hoy un acuerdo comercial entre la Unión Soviética y el Reino Unido. La abierta colaboración de la URSS con la Alemania Nazi no ha impedido que se llegue a este acuerdo comercial, por el que los soviéticos se comprometen a suministrar madera a los británicos a cambio de caucho y zinc. Hay que señalar que la madera contiene algunos componentes químicos esenciales para la fabricación de explosivos, pero que la miopía británica en este asunto es enorme: buena parte de ese caucho y zinc serán revendidos por los rusos a los alemanes. Pese a este acuerdo, la prensa británica continuará ironizando acerca de la extraña confluencia de intereses entre nazis y comunistas.

"La escoria de la Tierra, creo", dice Hitler, a lo que Stalin cortesmente contesta "El sanguinario asesino de los trabajadores, supongo".

BERLIN: La radio alemana lanza un bulo, dirigido a los soldados aliados del Frente Occidental, afirmando que el gobierno británico ha caído y la guerra ha terminado. Hasta donde sabemos, el bulo no debió de tener mucho éxito.

3 comentarios:

Ernst Wolf dijo...

Bienvenido de vuelta Sila.

El chiste inglés esta muy bien y tiene muy mala leche, aunque en mi opinión es una muestra de la ley del embudo que tanto gustan de aplicar los británicos.

Un saludo y ánimo con el blog.

Sila dijo...

¡Gracias, Wolf! Espero ponerme al día con los blogs, el tuyo incluido. Respecto a lo que dices, toda la razón. Los ingleses criticaban a los soviéticos por colaborar con Hitler, mientras firmaban pactos económicos con ellos. Por no hablar de que despues de 1941 todos esos chistes y comentarios desaparecieron del mapa.

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Pobre Einstein estaba gestándose la mayor abominación de la historia, de la que luego se arrepentiría...

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