BERLÍN: Intenso día en la capital del Reich. Por la mañana, un grupo de altos oficiales se reúne en Zossen, una pequeña localidad al sur de Berlín y que acoge al cuartel general del OKH. Entre estos altos cargos están Von Brauchitsch, comandante del OKH, Franz Halder, jefe de estado mayor del OKH, Ludwig Beck, predecesor de Halder, y el coronel Hans Oster, número dos del Abwehr, el servicio de inteligencia alemán. El motivo de la reunión es crucial. Hitler quiere lanzar a toda costa Fall Gelb, el plan de ataque contra Francia, algo a lo que se oponen la mayoría de los generales. Von Brauchitsch es el más enérgico: el mariscal afirma que el ataque contra Francia resultará un fracaso y propone que el Alto Mando destituya y arreste a Hitler antes de que sea demasiado tarde. Todos los allí presentes son militares profesionales, que desprecian a Hitler y a los nazis, pero aquello va demasiado lejos. Oster propone una solución intermedia: intentar sabotear y retrasar Fall Gelb desde dentro y esperar como se desarrollan los acontecimientos. Esa opción será la que los generales tomen. La resistencia de la Wehrmacht contra Hitler había recibido un nuevo impulso.
Poco después de esta reunión, la mayoría de los conspiradores se dirigieron a Berlín, y más concretamente a la Cancillería. Allí, un excitado Hitler les pidió que prepararan todo para atacar Francia lo antes posible, desbaratando uno tras otro los argumentos en contra que los generales les presentaban. Agobiado, von Brauchitsch le dijo a Hitler que la disciplina del ejército estaba cayendo en picado por la inactividad de las últimas semanas, y que se estaban multiplicando los casos de embriaguez, indisciplina y hasta deserciones. El jefe del OKH pidió a Hitler que rechazara lanzar Fall Gelb hasta que la disciplina fuese restablecida. Entonces Hitler montó en cólera, acusó a los generales de estar saboteándole y pidió una lista de las unidades del ejército donde se habían dado casos de indisciplina para castigarlas personalmente. Antes de abandonar la reunión, Hitler ordenó que Fall Gelb comenzara el día 12 de Noviembre, en menos de dos semanas.
Poco después de esta reunión, la mayoría de los conspiradores se dirigieron a Berlín, y más concretamente a la Cancillería. Allí, un excitado Hitler les pidió que prepararan todo para atacar Francia lo antes posible, desbaratando uno tras otro los argumentos en contra que los generales les presentaban. Agobiado, von Brauchitsch le dijo a Hitler que la disciplina del ejército estaba cayendo en picado por la inactividad de las últimas semanas, y que se estaban multiplicando los casos de embriaguez, indisciplina y hasta deserciones. El jefe del OKH pidió a Hitler que rechazara lanzar Fall Gelb hasta que la disciplina fuese restablecida. Entonces Hitler montó en cólera, acusó a los generales de estar saboteándole y pidió una lista de las unidades del ejército donde se habían dado casos de indisciplina para castigarlas personalmente. Antes de abandonar la reunión, Hitler ordenó que Fall Gelb comenzara el día 12 de Noviembre, en menos de dos semanas.
Tras la agitada reunión con Hitler, los generales regresaron a Zossen, donde comenzaron a tramar alguna manera de retrasar Fall Gelb. Hans Oster, segundo del Abwehr, decidió tomar su propia decisión. Ni corto ni perezoso, Oster pidió entrevistarse con el agregado militar holandés en Berlín, el Coronel Sas. Sas fue informado que Alemania estaba planeando invadir su país y que la invasión comenzaría en pocas semanas. Por supuesto Sas dudó ¿No se trataría de una estratagema germana para incitar a Holanda a cometer alguna provocación que sirviera de casus belli? El oficial neerlandés pidió pruebas, y Oster se las dio. Aquel mismo día saldría de Holanda un agente alemán con una partida de uniformes militares holandeses que servirían a las fuerzas de élite alemanas para introducirse en territorio holandés una vez comenzara la invasión. Sas se lo creyó e informó a su gobierno. Pocas horas más tarde el espía alemán y los uniformes fueron capturados en Groninga. Pero lo cierto es que el gobierno holandés optó por no darle más importancia al asunto y la esperanza de Oster de que se desvelaran al mundo los planes de Hitler quedó frustrada.
Hans Oster, número dos del Abwehr, el servicio de inteligencia alemán, y temprano opositor a Hitler y su régimen. Es cuanto menos curioso como Alemania combatió en una guerra en la que sus servicios de inteligencia solían ayudar más a sus enemigos que a su propio país.
MUNICH: George Elser, un relojero de Wittemberg, acude como suele hacer desde hace un año a la cervecería Burgerbräukeller de Munich. La cosa no tendría más importancia si no fuera porque la cervecería es el lugar donde veinte años antes se fundó el Partido Nazi y Elser está decidido a matar a Hitler. Nacido en 1903, testigo de la Primera Guerra Mundial y el caos de la posguerra y devoto protestante, George Elser decidió en otoño de 1938, justo después de los Pactos de Munich, asesinar a Hitler para evitar que provocara una nueva guerra. La oportunidad se la daría la celebración que cada año se realizaba de fallido Putsh de Munich de 1923. Cada año Hitler llegaba a la Burgerbräukeller y daba un intenso discurso recordando a sus camaradas muertos aquel día. Elser, que asistió a la celebración de 1938, decidió que esa sería su oportunidad. Durante las semanas antes, Elser se coló regularmente en la cervecería después del cierre y horadó el cemento de uno de los pilares cercanos a la tribuna de oradores. Hoy, por fin, Elser colocó su bomba, detonada por un doble mecanismo de relojería, y la preparó para que explotara el día 8 a las 21:20.
PARIS: Winston Churchill, Primer Lord del Almirantazgo Británico y uno de los altos cargos más influyentes del Gabinete Británico, visita hoy la capital francesa, entrevistándose con altos cargos militares franceses.
MOSCÚ: El buque mercante estadounidense City of Flint y su tripulación son liberados por las autoridades soviéticas. El City of Flint fue capturado por el acorazado de bolsillo Deutschland el pasado 9 de Octubre en el Atlántico Norte y fue enviado al puerto soviético de Murmasnk ante la acusación alemana de que transportaba contrabando para Reino Unido. Los alemanes protestan por la liberación del barco y su tripulación.
6 comentarios:
Vaya, la organizacion de la resistencia contra Hitler en Berlin es anterior a lo que imaginaba. Veian venir el desastre.
Monsieur, creo que hay algun problema con la primera imagen. Espero que lo pueda solucionar.
Feliz tarde
Bisous
Enhorabuena por las anotaciones del día. Son apasionantes.
Buenas tardes:
Ya Hitler tenía enemigos antes de comenzar la guerra. Este episodio contra Hitler no le conocía. Resulta interesante.
Saludos
Sin duda alguna Hitler tenía buena suerte. Es raro que ninguna de los intentos de asesinato contra su persona tuviese éxito. Lo que es evidente es que la resistencia contra el nazismo es mayor de lo que se ha dado a entender por la historiografia tradicional y la operación Valkiria no es un hecho totalmente aislado y único como nos han querido mostrar los medios ultimamente.
1 saludo!!
Gracias a todos por comentar!
Me ha sido imposible arreglar la foto o encontrar una similar, así que la he borrado. Espero que cuando se vuelva a mencionar Zossen tenga algo más de suerte jeje
Un saludo un buen fin de semana
Si los generales alemanes hubieran tenido éxito en este punto ¿se habría detenido la guerra? o se habría alargado aún más?,...
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