Domingo, 17 de Diciembre de 1939

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MONTEVIDEO: Una epopeya llega hoy a su fin. Mientras varios barcos de la Royal Navy se aproximan a toda velocidad a Montevideo, el Alto Mando de la Kriegsmarine (OKK) da orden al capitán Langsdorff que evitar que el Graff Spee caiga en manos inglesas. El comandante del buque de bolsillo alemán se encuentra acorralado: su barco tiene el timón dañado y su capacidad para navegar y esquivar a los británicos es muy reducida; además, el plazo concedido por el gobierno uruguayo para que abandone su territorio se está acercando a su final. Finalmente, Langsdorff toma una decisión.

Poco después de las 18:00, y apenas dos horas antes de que acabara el plazo, el Graf Spee soltó amarras y comenzó a navegar hacia mar abierto. No muy lejos de allí esperaban las naves británicas. Cientos de civiles uruguayos contemplaban al majestuoso buque navegando; era un espectáculo curioso para una, por lo demás, aburrida tarde de domingo. Junto al Graf Spee navegaba otro buque alemán, el mercante Tacoma, navío que se encontraba amarrado en Montevideo desde que empezó la Guerra. Mientras, varios remolcadores transportaban a la tripulación hasta Montevideo, Buenos Aires y al Tacoma. Poco después de las 19:45 Langsdorff abandonó el barco; fue el último tripulante en hacerlo. A las 19:52 el Admiral Graf Spee, el acorazado de bolsillo que había puesto en jaque a la Royal Navy, explotaba por las cargas explosivas colocadas por su propia tripulación.




Con las 12.000 toneladas de metal que se iban a pique en el Río de la Plata, se iba también toda una leyenda. Desde que partió de Alemania el 22 de Agosto, el Graf Spee ha hundido a nueve mercantes aliados en el Atlántico Sur y el Océano Índico, y capturado a cerca de 400 marineros aliados. Hay que señalar que en ninguno de los abordajes murió un solo marinero aliado, y que los prisioneros fueron tratados con toda consideración hasta tal punto que los que todavía se encontraban a bordo del Graf Spee cuando llegó a Montevideo participaron en los funerales de los marineros alemanes y fueron liberados poco antes de la voladura del buque. Con respecto a la tripulación alemana, los oficiales fueron trasladados a Buenos Aires, donde el gobierno argentino simpatizaba con el alemán. La marinería sería repartida entre Buenos Aires y Montevideo, aunque solo pocos regresarían a Alemania. La mayoría se quedarían en Argentina y Uruguay y se establecerían en esos países.




FINLANDIA: La ofensiva del 7º Ejército Soviético continúa contra la Línea Mannerheim. Hoy, una veintena de tanques soviéticos consigue por fin abrir una brecha en las defensas finesas por la que la infantería consigue avanzar en el sector de Summa, pero su éxito es efímero. Al caer la noche, los grupos de infantería finlandeses se lanzan sobre los agotados soldados soviéticos, pillándolos por sorpresa y destruyendo sus carros blindados. Dos divisiones soviéticas que habían participado en la ofensiva contra Summa durante el día se ven obligadas a replegarse tras sufrir enormes bajas. La matanza de la Línea Mannerheim continuará varios días más.





GRAN BRETAÑA: Llegan a Liverpool los primeros 7.500 soldados canadienses de la 1ª División Canadiense del general McNaughton. Son los primeros militares de este país en Europa desde 1918.

1 comentarios:

Cayetano dijo...

Sorprendente el final del acorazado alemán de bolsillo, parece de película, casi una leyenda. Resulta también curiosa la "caballerosidad" de los alemanes hacia sus prisioneros. Como se ve que no debía mandar la nave ningún alto mando fanático.

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